Esther Vivas es una veterana activista anticapitalista, feminista, ecologista y participante en diversos movimientos sociales de base. Es una habitual del Foro Social Mundial, ha escrito varios libros y ensayos relacionados con la soberanía alimentaria y colabora con numerosas publicaciones alternativas. También ha probado los rigores de la política como cabeza de lista de Izquierda Anticapitalista en las elecciones al Parlamento Europeo de 2009. En la entrevista analiza los logros y retos del Foro Social Mundial, del movimiento altermundialista y reflexiona sobre las posibilidades reales de cambiar el rumbo del modelo de sociedad actual. La puedes seguir en su blog y en twitter.
P. En el lenguaje del Foro Social he visto que se usa mucho la palabra “altermundialista”, en lugar de “antiglobalización”, ¿por qué?
R Sí, porque el concepto antiglobalización, con el que se conoce las protestas de Seattle surgidas a finales de 1999 contra la OMC, fue más impuesto por los medios de comunicación que por parte del movimiento. El movimiento no está contra la globalización en general, sino contra la globalización neoliberal y capitalista que antepone los beneficios privados de determinadas empresas multinacionales a las necesidades colectivas. Y por eso muchas veces desde otros sectores se habla de altermundialismo: no estamos de acuerdo con esta globalización, pero queremos otras políticas, otra globalización al servicio de las personas y de la Tierra.
P. ¿Qué cambios tangibles o políticas prácticas ha promovido el Foro Social desde su creación hace más de una década, cuáles son sus logros?
R. El Foro se autodefine como un espacio de encuentro y de debate de una diversidad de colectivos. Los actores que participen en el foro, las organizaciones y los movimientos sociales, lo utilizan como un punto de encuentro y de elaboración de sus agendas de acción. Desde este punto de vista se ha visto la importancia del Foro Social Mundial, y de la Asamblea de Movimientos Sociales (que aglutina a las redes más activistas a nivel internacional, como la Vía Campesina o la Marcha Mundial de Mujeres, entre otros).
En el 2003, en la Asamblea se aprobó la jornada de movilización del 15 de febrero contra la guerra de Irak que tuvo un impacto muy grande a nivel internacional, con millones de personas en la calle. Fue uno de los impactos y visualizaciones públicas más importantes. Tienen un impacto en lo simbólico, en la capacidad de cuestionar el modelo y de plantear alternativas.
P. Hace unos días, en una charla con el ex-misionero comboniano José Carlos Rodríguez Soto, comentaba que en Uganda, en un supermercado es más barato un producto europeo que uno local, ¿Cómo es posible?
R. Es el resultado de las políticas de libre comercio, de las impuestas por la Organización Mundial del Comercio (OMC) que benefician a las grandes multinacionales de la agro-industria y al capital europeo y norteamericano. La producción de muchas industrias está siendo subvencionado por las política agraria comunitaria (PAC) en Europa o la política agraria estadounidense. Se subvenciona la producción y el excedente que no pueden vender en los países de origen se acaba vendiendo a países del Sur por debajo de precio de coste, de modo que el producto acaba siendo más barato que el autóctono y hace una competencia desleal que acaba con la producción en estos países.
El concepto antiglobalización está muy extendido desde finales de los 90’s a causa del gran peso mediático que recibieron las diferentes protestas anticapitalistas en las cumbres del OMC. Sin embargo, si nos adentramos más en estos movimientos nos damos cuenta que no es más que un mero “término” mediático y que realmente no refleja sus verdaderos ideales.
Esther Vivas, una reconocida activista catalana, en una entrevista para el blog de la Información pretende dejar claro que muchos de los que luchan en contra de los dictámenes de la OMC no son antiglobalizadores, sino que son altermundistas. Esto significa que creen “que otro mundo es posible” así pues, aceptan la existencia de la globalización, pero no con las actuales connotaciones capitalistas. Para paliar las injusticias que emergen del actual orden mundial existe el llamado Foro Social Mundial.
Podría decirse que los inicios de estos movimientos se remontan a la protesta contra la cumbre de la OMC en 1999, más conocida como la Batalla de Seattle. En ella, por primera vez se escuchaba una voz común de organizaciones y asociaciones muy diversas. Todos a una coreaban tales cánticos como “¿De quién es el mundo? ¡Nuestro!” o “La OMC se tiene que ir” en vista ya de las desigualdades latentes. A partir de entonces la conciencia social incrementó y se fueron llevando a cabo diversas acciones contra las multinacionales y bancos internacionales.
El primer foro social mundial altermundista se llevó a cabo en Porto Alegre en el año 2001. En su propia Carta de Principios, el FSM se define a sí mismo como “un espacio plural y diversificado, no confesional, no gubernamental y no partidario, que articula de manera descentralizada y en red a entidades y movimientos que estén involucrados en acciones concretas por la construcción de un mundo diferente, local o internacional”. Como se ha dicho en este foro se pretende luchar contra la globalización actual, pues como desde él mismo se establece “se opone a toda visión totalitaria y reduccionista de la economía, del desarrollo y de la historia y al uso de violencia como medio de control social por parte del Estado. Propugna el respeto a los Derechos Humanos, la práctica de una democracia verdadera y participativa, las relaciones igualitarias, solidarias y pacificas entre las personas, etnias, géneros y pueblos, condenando a todas las formas de dominación o de sumisión de un ser humano a otro”.
La última mecha que se prendió en todo el mundo a mediados del año 2011 y que perdura hasta ahora, es el movimiento del 15-M o Spanish Revolution, precedida por la primavera árabe. Éste empezó como una exigencia política en Madrid a causa de la decadencia democrática agravada por la crisis económica. Rápidamente, este sentimiento se expandió por toda Europa y más tarde por todo el mundo, poniendo en el punto de mira el capitalismo reinante. Millones de personas se juntaron para demostrar a los estados occidentales y las empresas que los respaldan que la situación era insostenible y que el neoliberalismo estaba causando estragos hasta en los países más ricos. En estas concentraciones se podían leer cosas como “¡No hay pan para tanto chorizo!” , “Si no nos dejáis soñar, no os dejaremos dormir” o “El amor al mundo es lo que mueve a los revolucionarios... ¡Únete!”.
Hasta este punto hemos podido apreciar algunos aspectos negativos que ha causado la globalización, a pesar de todo si no fuere por la interconexión entre países no hubiera trascendido en tan poco tiempo ni el 15-M, ni la primavera árabe, sobre todo si lo comparamos con el tiempo que tardó en hacerlo (21 días) la muerte de Napoleón a principios del siglo XIX.
Aquí os dejamos una canción para que reflexionéis sobre lo que significa la globalización para otros, y no sólo desde nuestra perspectiva occidental…
http://www.youtube.com/watch?v=ZHh6GnVvNNY
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