En el siguiente post vamos a recomendaros un par de películas relacionadas con las migraciones a los Estados Unidos a mediados del siglo XIX.
La primera, Gangs of New York, de Martin Scorsese nos relata el choque vivido entre inmigrantes y locales en Nueva York. Nos relata el rechazo en la época hacia la inmigración, eminentemente irlandesa, por parte de los auto-llamados nativos (que no indígenas), el máximo exponente de los cuales es Bill the butcher, interpretado magistralmente por Daniel Day-Lewis. Detrás del rechazo al recién llegado además de un patriotismo o nacionalismo exacerbado y del odio religioso, especialmente hacia los católicos, se esconden otros intereses de poder. Por otro lado, también se muestra el crédito que se intenta sacar del fenómeno por parte de algunos políticos. Para los que tengan interés en ver otra película protagonizada por Day-Lewis, también relacionada con el contenido de nuestro blog, ver There will be blood, trata sobre un petrolero americano de finales del XIX y principios del XX, basada en la novela Oil! de Upton Sinclair, y nos acerca a la 2ª Revolución Industrial, el capitalismo monopolista y el negocio del crudo en Estados Unidos.
La segunda película, En América, es una coproducción irlandesa y británica del director irlandés Jim Sheridan. Este drama producido en 2002 narra la historia de una familia irlandesa que tras la muerte de su hijo decide emigrar a los Estados Unidos para tener una vida mejor. Así pues, el padre, la madre y sus dos hijas llegan en plenos 80s a un barrio marginal de Nueva York.
El padre, actor frustrado e incapaz de trabajar desde la muerte de su hijo trabaja de taxista y su mujer, profesora de profesión, encuentra un trabajo de camarera. Esta película narra las peripecias que esta familia lleva a cabo para sobrevivir y nos adentra en el melancólico corazón de sus protagonistas, mostrando las dificultades con las que se encuentran los inmigrantes. La película también nos aproxima al rechazo por parte de la población local debido a su origen irlandés. Es muy probable que Sheridan se haya basado en su propia vida para escribir y dirigir la obra, pues él también emigró a Nueva York con su familia en esa época.
En definitiva, recomendamos estas dos películas para mostrar de un lado que la emigración en sí y los efectos que se derivan de ella en el país receptor no han cambiado tanto en esencia de un siglo al otro (XIX al XX), y para mostrar que la emigración no es un fenómeno nuevo, del mismo modo que no lo es esta fase del proceso de globalización que vivimos.
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